Ayer hubo cena con mi familia, ante mi falta de capacidad para cocinar y mi nula disposición para hacerlo recurrí al viejo truco de llevar algo que se pueda comprar, lo mejor que se me ocurrió fue unas cervezas y whisky.
Todo salió bien, pero algunas cervezas no estaban lo suficientemente frías y las metí al congelador, el tiempo transcurrió de manera apacible y a continuación pasó lo previsible, se me olvidó y regresé a casa. Me desperté hace rato y una de las primeras cosas que hice fue imaginar el desmadre en el refrigerador que seguro ocasioné. Llamé para preguntar, pero todos están dormidos aún. Ahora iré al recalentado para ver que desmadre se armó.
Por lo pronto sigue sin gustarme la navidad (lo que quiera que la navidad signifique).