Hace un tiempo (años creo) antes de tener este blog escribí un cuento, pasó un buen rato y de repente el día de ayer me ví retratado en esa historia... En un segundo me ví atrapado al igual que ese personaje descrito en mi historia, la diferencia es que creo que no estoy igual de jodido y yo trato de seguir adelante.
¿Por qué viene esto a colación? Porque durante un buen tiempo he pensado que al empezar a contar una historia debemos ubicarla en un punto especifico, justo después del cual todo cambiará o se añadirán situaciones que dirigirán hacia nuevos derroteros al protagonista o valdría madres el contar la historia a partir de tal punto. Creo yo que he tenido un par de puntos así en el último año, siento el más reciente hace unos días.
Ahora tengo/tuve/tendré varias posibilidades al respecto, añoro lo perdido, extraño lo ganado, envidio lo obtenido, sólo sé que en estos momentos no me siento del todo completo, es por demás decir que mi mirada se dirige al vacío y proyecta un hueco enorme, pero a la vez tan ajeno a los demás.
Al igual que en muchas de mis canciones favoritas me encuentro inmerso en la nostalgia de una melodía melancólica, una voz firme y conmovedora, letras reflexivas y el vacío producido por el eco reflejado por un ambiente pétreo e irreflexivo.