Hoy por la mañana ví que una niña caía mientras caminaba y rompía en llanto por haberse golpeado la rodilla, me hizo pensar que algunas veces nuestra propia perspectiva limita la recuperación al daño y nos hace magnificar el mismo.
Lo díficil es poder reconocer a tiempo el daño real y poder así prepararnos para lograr una pronta recuperación, pero no siempre es posible. Lo que sí pasa es que a veces esas heridas nos hacen reír al verlas en retrospectiva ya que no valían la pena...
Sólo hay que seguir adelante y tal vez, sólo tal vez voltear de vez en cuando a ver esa rodilla.
7 comentarios:
bueno.. siempre habrá curitas.
muy buen post, excelente introspección
un abrazo
yo soy rodillofílico, dime más... digo, ay era una niña cofcof.
me encanta que hay niños que se pegan tremendos madrazos y, si nadie los pela, no lloran, en cambio, un poco de atención dispara la reacción al golpe.
puf, así funcionamos.
Creo que es cuestión de no revolcarse en el dolor...
Me encantó este post.
Besos y abrazos, muchos :)
Yo soy esa niña!
Pero ¿y si si te duele?
jajajaja
Saludos!!
LMDC: Cierto, siempre habrá curitas y por sí mismas las heridas tienden a sanar, sólo hay que evitar el rascar la costra antes de tiempo.
REAL: Gracias, un abrazo de regreso.
Sirako: En efecto cuando encontramos alguien que recibe nuestra atención tratamos de apirañarla.
Rouge: Me da mucho gusto :) hay que seguir adelante.
Aline: Todos hemos estado ahí, un abrazo.
Taker: Seguro duele, pero así es esto. Saludos!
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